En momentos de crisis familiares, como un divorcio o una ruptura sentimental, es común que, tanto los padres como los hijos, puedan experimentar variedad de emociones, desde tristeza y soledad hasta ansiedad y estrés e incluso rabia, frustración e ira. Es importante reconocer y saber que estos sentimientos son normales, pueden ocurrir y forman parte de cualquier proceso de duelo. Buscar asistencia para gestionarlos e incluso superarlos puede ser de gran ayuda.
Es fundamental cuidar el bienestar emocional y físico, buscando apoyo en amigos y familiares en quienes ama y confía, mantener una alimentación saludable y hacer ejercicio. Además, es recomendable buscar ayuda de un abogado especializado en temas de familia para, desde un mejor conocimiento y asesoramiento, tomar las decisiones correctas y dejar los problemas jurídicos en manos de los profesionales.
En cuanto a los hijos, es importante hablar con ellos y asegurarse de que se sientan seguros, amados y acompañados durante esta difícil etapa. Mantener una rutina estable y trabajar en equipo con la ex pareja en el mejor interés de los niños también puede ser de gran ayuda. Si sus hijos están luchando contra la situación, buscar ayuda de un terapeuta puede ser útil.
En resumen, en momentos de crisis familiares es importante cuidar el bienestar emocional y físico, buscar ayuda profesional y asegurarse de que los hijos se sientan seguros y amados. Recordemos que no estamos solos y que siempre hay opciones para pedir ayuda si hace falta y superar este tipo de situaciones tan difíciles. Un camino difícil es más llevadero si lo haces con un buen compañero.